viernes, 25 de noviembre de 2011

APRENDER ES DIFERENTE DE REFLEXIONAR



En la facultad un brillante profesor de psicología, Julio Figueroa me enseñó que para aprender hay tres pasos:  

- Hazlo, 

- Hazlo Bien, 

- Hazlo mejor que el resto. 

Esta simple enseñanza, la he llevado aplicando en el mundo empresarial desde hace más de diez años. Me di cuenta que explicando a los comerciales cómo era el producto o si quería mejorar sus formas de actuación no era suficiente en explicar, tenían que vivir lo que les explicaba. Si tenían que cambiar su conducta frente los clientes, no era suficiente en explicarles, tenían que probar esos cambios en frente a los clientes. 

Aprendieron, primero con Rol Plays, luego con clientes de confianza y luego en situaciones reales  que estaban operaciones en juego. Pero si queríamos cambiar la conducta del vendedor era necesario hacerlo así. 

Lo mismo ocurre en el deporte, yo puedo explicar a una persona cómo se nada, la técnica, cómo es la gravedad en el agua,  pero si no se pone a nadar nunca va a saber nadar. Hicimos lo mismo con los comerciales y otros miembros del equipo. 

Esas reflexiones son las que volví a vivir en las Jornadas de Atracción del Talento en Retail del IE Business School.  En estas jornadas asistieron más de un centenar de personas relacionadas con los RRHH. Desde especialistas en talento a directivos de organizaciones. El equipo de Carreras del IE liderado por Gabriela Planas y Ángles Arenas más los Clubes sociales del IE son los que lo hicieron posible. 

En la jornada, el responsable de RRHH de Loewe Javier Alonso hizo una magnifica exposición de la importancia que únicamente se aprende cuando se observa un cambio en la conducta. 

"El aprendizaje va más lejos de una reflexión, tiene que modificar la conducta, si no, no hay aprendizaje."

Otro punto de la charla eran las características de un perfil talentoso. Un talentoso tenía que tener actitud hacia al trabajo, el querer, el saber, proactividad y sobre todo una gran capacidad de automotivarse. 

Además explicó los buenos efectos que tiene una actitud positiva del líder que se contagia en forma de cascada hacia los subordinados. El mismo efecto ocurría en negativo, por ello insistió en tener líderes positivos y que sepan hacer las cosas, de este modo se contagia al resto de la organización. 

En las conclusiones de su conferencia el ponente levantó los aplausos del público. Al principio Javier explico la dificultad de aprender, y esto sólo ocurría cuando se modificaba la conducta de la persona. La última pregunta del ponente fue: ¿Habéis aprendido con mi charla? La sala respondió un Sí unánime. El maestro, respondió...

"¡NO! ¡No habéis aprendido! No habéis modificado vuestra conducta, hemos reflexionado, para aprender es necesario modificar conductas, pero sin duda reflexionar ya es un gran primer paso".

Lo mismo le ocurre al nadador, no vale con reflexionar, tiene que hacer la acción de nadar, únicamente así modificará su técnica de nado y conducta. Hazlo, hazlo bien, hazlo mejor que el otro. 

Aprender es diferente de reflexionar.


Gracias Javier por tus reflexiones y enseñanzas. 

Piensa Diferente