Para que las empresas y las personas rompan su "techo de cristal". Pensando diferente.
martes, 7 de diciembre de 2010
Las Finanzas necesitan una revolución
Cuando eres niño, en primaria, te enseñan los números: los naturales (1,2,3,5...) y los enteros (-1,0,1). En la secundaria: los racionales (1/4, 7/8) y los irracionales (1,33; PI); y en bachillerato, te dicen que éstos forman el mundo de los reales. Te haces mayor de edad y descubres que los reales los engloban los números imaginarios, por lo tanto, los números reales son una interpretación de lo que está pasando. Si quieres conocer la auténtica realidad, tienes que ir a la Universidad a estudiar matemáticas puras.
Durante la formación obligatoria, los profesores te dicen que te han estado mintiendo para que la interpretación de la realidad sea más fácil y puedas llegar a entenderlo. Entender un mundo que han creado para ti y que es una interpretación de lo que está pasando.
Durante éste tiempo también aprendes sobre las relaciones de los números: sumar, restar, multiplicar y dividir. A los 12 años de edad, las potencias; a los 15, los límites; y a los 16, las derivadas y las integrales.
En los estudios superiores aprendes qué son las ecuaciones diferenciales, las ecuaciones fractales; y en los doctorados, las teorías caóticas, las ecológicas, las complejas y las sistémicas, entre otras.
Todas las empresas presentan sus balances y sus cuentas de resultados, así como los periódicos y las bolsas, presentan sus índices. Para ello utilizan números y herramientas de primaria. Esos números y herramientas fueron creadas para explicar a los niños una interpretación de la realidad.
¿Qué pasa con los números imaginarios y todas las herramientas que se enseñan en la universidad? ¿Se aplican al mundo financiero? ¿El mundo financiero se mueve con herramientas de educación primaria?
El uso de éstas herramientas aplicadas al mundo real han sido del todo insuficientes y la interpretación de sus resultados nos ha conducido a la crisis en la que actualmente estamos inmersos. Actualmente se interpreta lo que está pasando como si se lo explicásemos a un niño de primaria y lo más preocupante, seguimos utilizando esas herramientas para interpretar la realidad y así tomar decisiones.
¡Las finanzas necesitan una revolución!
Si no cambiamos, ésta niña puede ser la directora de un banco; las herramientas y los conocimientos los tiene.
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